Inicio > BLOG > MIS PRIMERAS LENTILLAS

MIS PRIMERAS LENTILLAS

25/08/2018

Limpieza de manos

Todo contacto con la lentilla (para ponerla, quitarla, limpiarla, etc…) comienza necesariamente por una limpieza de manos concienzuda. Las manos son la principal fuente de contaminación de las lentillas, así que vamos a hacerlo bien. Sigue los siguientes pasos:

Limpieza de manos

  1. Lávate las manos con jabón, preferiblemente jabón líquido con dispensador. Elije un jabón neutro con poco colorante y poco aroma, ya que deja menos restos en las manos.
  2. Insiste especialmente entre los dedos, donde se acumula más la suciedad
  3. Aclara con agua abundante, de manera que no queden restos de jabón en tus manos
  4. Sécate las manos con una toalla limpia que no deje pelusas

Ya tenemos las manos limpias y secas. Vamos con las lentillas:

Identificar la lente derecha/izquierda

Es muy habitual que ambas lentes sean distintas, así que es importante aprender a distinguir cuál es la derecha y cuál es la izquierda. Incluso si las dos lentes son idénticas, es una buena costumbre colocar siempre la misma lente en cada ojo ya que esto ayuda a seguir la pista a diferentes problemas que nos podemos encontrar más adelante. Siempre empezaremos a colocar primero la lente derecha y luego la izquierda. También a la hora de retirarlas y limpiarlas empezaremos primero con la derecha. Así nunca nos equivocaremos.

Habitualmente, marcaremos la caja de lentillas para el ojo derecho con una D y las del ojo izquierdo con una I. Si te hemos entregado las lentillas en un estuche, las celdas suelen venir marcadas con una R (derecha) y una L (izquierda), o un dibujo del corazón en la celda izquierda. También suelen tener distinto color para que las diferencies con facilidad. Ahora que hemos localizado la lente derecha, comenzaremos con ella:

Cómo saber si una lentilla está al derecho o al revés

Las lentes de contacto blandas, debido a su naturaleza flexible, tienen un derecho y un revés. En general, las tensiones del material hacen que la lentilla sea más estable al derecho, pero puede quedar del revés al manipularla o al sacarla del estuche. Una lentilla al revés es incómoda y molesta, así que nos aseguraremos de que está al derecho antes de insertarla.Diferenciar derecho y revés de una lentilla

  1. Colócala sobre la yema de tu dedo índice  observa los bordes de la lentilla, estos deben ser “cerraditos”, o sea, como la forma de un cuenco. Quizá necesites tus gafas para ver correctamente el borde le las lentes.
  2. Prueba a dar la vuelta a la lente, utilizando las yemas de los dedos
  3. Ahora los bordes son más puntiagudos, más parecidos a los de un plato hondo. La lentilla está al revés.
  4. Vuelve a darle la vuelta y observa cómo la lente es más estable de esta manera.

Colocar las lentillas

Posición para colocar las lentillas

Ahora vamos a insertar la lente derecha en el ojo derecho.

  1. Coloca la lentilla en la yema del dedo índice de la mano derecha, cerca de la punta
  2. Con los dedos de la mano izquierda sujeta el párpado superior del ojo derecho, para abrir bien el ojo y evitar parpadear.
  3. Utiliza el dedo medio de la mano derecha para abrir sujetar el párpado inferior.
  4. Ve acercando la lente al centro, poco a poco
  5. Cuando al lente toque el ojo, espera un segundo a retirar lentamente el dedo, si lo haces rápidamente lo más probable es que arrastres la lentilla que no estaba del todo colocada.
  6. Cierra suavemente el ojo. Al principio puede ser de ayuda dar un suave masaje sobre el párpado para ayudar que la lente se centre y evitar cualquier burbuja entre la lente y el ojo
  7. Abre el ojo suavemente y parpadea con normalidad.

Una serie de pequeños trucos te pueden ayudar:

  • Si al retirar el dedo del ojo arrastras la lente, es posible que lo estés haciendo demasiado deprisa: inténtalo más lentamente. También es posible que tengas la yema del dedo muy húmeda: prueba a secarla un poco.
  • Muchas veces, sin darnos cuenta, colocamos la lente demasiado baja. Puede resultar de ayuda mirar hacia abajo después de retirar el dedo, antes de cerrar el ojo ya que ayuda a que se centre sola.

Horario de uso

Recuerda que las lentes de contacto no se pueden utilizar todas las horas del día, deberás controlar el horario de uso. Al principio, empezaremos poco a poco con una o dos horas de uso el primer día. Los días siguientes iremos aumentando paulatinamente a razón de una o dos horas más cada día hasta llegar a unas 8h de uso.  Una vez alcances esas 8h haremos una pequeña revisión para asegurarnos de que todo va bien. A partir de ahí te indicaremos unas pautas de horario de uso para que puedas disfrutar de ellas sin complicaciones.

Recuerda que en todo momento deberás tener bajo control el horario de uso de las lentillas, para ello te sugerimos que ponerte las lentillas sea una de las últimas cosas que hagas a diario antes de salir de casa. Igualmente procura quitártelas nada más llegar a casa después de pasar la jornada con ellas puestas. De esta manera lograremos recortar el horario de uso por los extremos, en momentos en los que realmente no son necesarias. Recuerda que tus ojos necesitan descansar del uso de lentillas.

Retirar las lentillas

Primero vamos a limpiarnos las manos como hemos indicado en el primer paso. A continuación colocaremos las manos de la misma manera que para ponernoslas:

  1. Con los dedos de la mano izquierda sujeta el párpado superior del ojo derecho, para abrir bien el ojo y evitar parpadear.
  2. Utiliza el dedo medio de la mano derecha para abrir sujetar el párpado inferior.
  3. Ve acercando el dedo índice y el pulgar juntos hacia el centro, poco a poco
  4. Cuando notes que hacen contacto don la lentilla piensa en “tirar de ella” haciendo un movimiento de pinza suave
  5. Una manera alternativa consiste en sujetar sólo el párpado inferior, mirar un poco hacia arriba y con el dedo índice de la misma mano ir hacia el centro del ojo y desplazar la lente hacia abajo. Una vez en esa posición es fácil retirarla tirando de ella con el índice y el pulgar.

Limpieza y desinfecciónEstuche y solución de limpieza

Una vez retirada la lentilla la pondremos en la palma de la mano para limpiarla. Las lentillas acumulan distintas sustancias que hay que limpiar, como proteínas y lípidos provenientes de la lágrima.

 

  1. Echaremos unas pocas gotas del líquido limpiador sobre la lente. Con la yema del dedo daremos un pequeño “masaje” a la lente para limpiar cualquier cosa que se haya adherido a la lente.
  2. Aclaramos con un chorrito del mismo líquido
  3. Abrimos el cestillo de la lente derecha e introducimos la lente en el interior
  4. Rellenamos el cestillo con el líquido limpiador, que además de limpiar y conservar desinfecta las lentes. No es necesario rellenar la totalidad del cestillo, pero la lentilla debe quedar sumergida en la solución
  5. A la mañana siguiente encontraremos las lentillas limpias, desinfectadas y perfectas para su uso.
    Recuerda que debes vaciar el líquido del estuche. Después acláraro con la misma solución de limpieza de tus lentillas y vuelve a vaciarlo y déjalo abierto para que se seque a lo largo del día. Cuando lo vuelvas a necesitar lo encontarás limpio y seco. Acuérdate de cambiar el estuche de las lentillas cada cierto tiempo. Aprovecha el estuche que suelen incluir los líquidos de limpieza y cámbialo cada vez que estrenes uno.
    ¡Bien! ¿nos tomamos un respiro y vemos un video-resumen?

 

 

 

Respeta el plazo de las lentes desechables

Si tus lentes blandas son desechables tienen una caducidad corta. Puede que sean para uso de un solo día, una semana, 15 días o un mes. Es muy importante que lo recuerdes y apuntes el día en que las has estrenado. Algunos laboratorios incluyen unas casillas en la caja para que apuntes el día que has abierto el envase de la lentilla: utilízalo. Si eres usuario de agenda o calendarios online (GoogleOutlook, etc) es una magnífica idea que incluyas un recordatorio quincenal/mensual (el que corresponda con la caducidad de tus lentes) de cambio de lentillas.

Es muy importante resistir la tentación de utilizar tus lentes desechables más allá de lo que indica el laboratorio debido a que:

  • El contacto de las lentes con la lágrima y la manipulación de las lentillas van degradando las lentillas poco a poco desde que las estrenas por primera vez. Es decir, van perdiendo sus propiedades a lo largo de su uso, por ejemplo, pierden la capacidad de mantenerse hidratadas a medida que pasan los días
  • Este fenómeno se pone en marcha una vez estrenas tus lentes, las utilices o no
  • Debido a que las lentillas están apoyadas directamente sobre tu ojo, deben estar en perfectas condiciones para su uso. A medida que avanzan los días, las lentillas irán perdiendo las características ideales de las lentillas frescas
  • Los plazos de recambio están calculados para que las lentillas se desechen antes de que te puedan provocar ningún problema. No respetar estos plazos supone un riesgo innecesario para tu salud ocular. ¡No te la juegues!

Cuándo No debes utilizarlas

Ya hemos visto que, a diferencia de las gafas, las lentillas van apoyadas sobre el ojo directamente, de manera que es muy importante que tanto la lentilla como el ojo estén en perfectas condiciones.

  • Antes de colocarte la lentilla debes hacer un pequeño chequeo visual de que la lentilla está perfecta. Fíjate que los bordes estén bien, no haya roturas, no tenga nada adherido y, en general que tenga un aspecto impecable.
  • Igualmente, asegúrate de que tu ojo esté en perfectas condiciones: que esté limpio y descansado, que no tengas dolor, picor o enrojecimiento.
  • Además de eso, hay ciertos ambientes que resultan desaconsejables para tus lentes: la playa por ejemplo es fuente de problemas, evita utilizarlas en la playa. Si quieres ir a nadar con ellas, utiliza unas gafas de natación para evitar que las lentillas entren en contacto con el agua, otra fuente de problemas.

Comentarios

banner-promociones-zul-peq1.jpg

linea_naranja.png

2017 © CREOWEBS. Diseñamos y creamos